Ayer recibí una pregunta por mensaje privado acerca de cómo nació el programa Los 28 días de la Diosa, aprovecho y les cuento a todas.
Este programa surgió de la imperiosa necesidad de tener algo que me
ayude a reencontrarme cotidianamente con las energías que venía
experimentando en los círculos de mujeres y durante mi período
menstrual. Sentía el poder de mi sangre,
el poder de la luna sobre mí, el poder de mi energía sexual y el poder
de la guía del calendario maya en mi vida pero carecía de los medios
para que toda esa forma ampliada de conciencia compatibilice con mí día
a día.
Fue así como jugando a sanarme creé y canalicé este programa que fue conectándome con las Diosas (a las que desde pequeña rechacé como me
rechazaba a mí misma por ser mujer). Jugué a tejer pensamientos,
sentimientos, ciclos y a buscar excusas para hacerlo. Así, en el
cotidiano de la Luna, fueron surgiendo consignas mágicas que me iban
reconectando con los poderes que vinieron conmigo en la cuna y que con
el tiempo y la programación social se fueron durmiendo.
Cada Día Lunar
es una oportunidad para ser plenamente mi esencia, para reír y llorar, para
cantar y para callar, para sentir y hacer, para calmarme y
descansar, y ante todo para integrarme con mi ser circular. La explosión
de conciencia fue tan grande que decidí después de un año de haber
nacido compartirlo, entregarlo, abrazarlo y la magia se potenció y
comenzaron a sucederle cosas a las mujeres que lo transitaban con
conciencia. Nacieron niños nuevos de ovarios que se decían medicamente
secos, surgieron separaciones y encuentros necesarios, surgió la sinceridad
que irradia la sanación, surgieron nuevos círculos, nuevas mujeres, SURGIÓ
EL RECONOCIMIENTO AL PODER MENSTRUAL, nuevas hermanas y la red se sigue
tejiendo y tejiendo esta próxima Luna Nueva donde comienza nuevamente la
posibilidad de jugar a ser la luz y la oscuridad femenina que habita en
mí.
Es desde esta simpleza que te invito a jugar 28 días con la
luna en el cielo y con la luna en tu interior.