Hace una semana atrás publiqué en Facebook una solicitud de ayuda porque había
prestado dos libros y no recordaba a quién. Por supuesto, ya aparecieron,
siempre que presto un libro lo hago con amor porque sé que es el amor
el que lo pide y el que lo cuida.
Algunas personas que no creo
conocer usaron esta publicación para expresar su bronca respecto a la
pérdida de sus libros. Quiero dejar claro que
estoy convencida de que un libro en la biblioteca con polvo es un libro perdido. El conocimiento y los elementos que lo facilitan -libros entre otros- son cosas que se comparten, se entregan y si no vuelven es
porque están con alguien que los necesita más que yo.
Los dueños de las bibliotecas caseras somos en realidad los responsables -bibliotecarios-
de cuidar esos elementos que comunican ciertos saberes importantes. Cuanto más importante es el libro más tiene que fluir. Cada uno puede
buscar las formas de ejercer ese cuidado, por ejemplo, estableciendo una fecha de
devolución (eso es lo que hago cuando no conozco muy bien a la persona y
debo decir que siempre vuelven en tiempo y forma).
Con estos dos últimos libros resultó ser que se los presté a dos mujeres que quiero
mucho y no puse fecha jejejeje Siempre sentí la seguridad de que los
libros siguen bien y que van a llegar a otros o a mí cuando realmente
sean necesarios.
El saber y la conciencia no son acumulables, se viven con coherencia que junto con la confianza son la fortaleza de la nueva Era.
¡¡¡¡¡LIBROS LIBRES!!!!!
Quiero aclarar que decir que los libros sean libres no es equivalente a la
irresponsabilidad con ellos. Sugiero siempre que sean prestados a
personas que muestren un interés real, que entiendan que es importante
la entrega, evitar que lo tomen sólo porque es gratis. Como bibliotecarios de la vida es necesario que los cuidemos seriamente.
No
importa si lo leyó o no cuando me lo devuelve porque a veces no estamos
como para conectar con una lectura compleja, pero la sola presencia de
ese libro en su repisa, a la vista, leído por personas que emanaron
energía de luz por sus manos mientras lo leían, seguro igual aportó.
Lo
importante para mí es que sepan cuidar cada texto compartido en papel.
De esta manera honramos a la Tierra en su descuido para poder
fabricarlos, honramos a quienes lo escribieron por su trabajo, honramos a
nuestros hermanos por permitirnos compartir nuestra abundancia.